2oo9 - Detalle (6).

"Si me ocultas tu sombra, me esconderé.
Si me olvidas en el camino, huiré."

A quien odié.

Author: Noúmeno /

Y llegó el invierno. Sentados a la orilla de la calle, en el portal de mi casa. Llovía. Aquel gorro de lana cubría tu cabello, al igual que la gruesa bufanda gris hacía lo propio con tus labios. Te encogías sobre tí misma, guardando el poco calor que habíamos conservado del verano.

Creí haberme resfriado, después de 15 años. No olía tu verano, lo había olvidado. Olía a cemento y humedad. Apoyado en el resquicio del portal, observaba hacia fuera, buscando el espacio que existía entre cada gota.

El viento era gélido. Azotó tu bufanda y describió un nuevo camino en el hueco que nos separaba. Me limitaba a observarte. El viento que nos arrumaba no era tan frío como nuestro silencio. Y sin embargo, allí estaba presente. Entre tu abrigo de piel, y mi chaqueta de cuero.

Te recluías un poco más en ti, sujetando tus botas con tus manos, sin levantar la cabeza. El suelo no podría reflejar tu rostro. Yo tampoco podía observar más lejos. Aunque no hubiese niebla, el ambiente era difuso, borroso, angosto. Más allá de ti, había fantasmas de un reino helado, donde los reflejos de cada gota de lluvia gritaban mi nombre en alto.

Tuve que ser yo, entonces, quien te despidiese de mi casa. Tras los 15 esperados años.

Abrí aquel paragüas rojo, y lo extendí sobre tí. Me hubiera gustado caminar contigo bajo la lluvia, imaginando a cada gota como pétalo de aquel olvidado verano.

A quien amé.

Author: Noúmeno /

Cuando el viento cambió su dirección, tu sombrero voló por los cielos, mezclándose con el color añil de las delicadas nubes del verano.

¿Sientes el frescor de la hierba a tu espalda y en tus brazos? ¿Puedes respirar el aire limpio de este verano? ¿Te gusta este sabor, el sabor de mi verano?

Hace años que dejé de escuchar esas palabras. Llevo 14 años buscando aquel verano. A partir de mañana, ya serán 15 esos años. Y continúo esperando que llegue esa ráfaga de aire. Aquella que desvele el cabello del rostro, que me haga girarme hacia atrás, con los ojos entrecerrados, para verte, por sorpresa, saludándome con una sonrisa y las manos imbuidas a la espalda.

Tu vestido se agitaba suavemente. Sentía como ese sutil vestido celeste de una pieza era el que originaba la brisa de tu verano, con sus meditabundos movimientos hacia el sur. Intentabas atraparlo con tus manos, como un juego, impidiendo que se alzase y escapase.

Olías a fresa, limón y ciruela. Aún así, tu cabello expiraba canela, que me serenaba y contenía.

Me sonreías y me hablabas de un tema trivial. Qué bellas son las flores del descampado, o como te gusta el sonido de las cigarras, el rumor del aire sereno, el resto de sonidos de nuestro verano.
Tu vestido describía aureolas dinámicas, como olas en el mar, que se iban a perder por detrás. Sentada en el prado, tornaba a piztacho el color del mismo, mimetizando con el campo de flores. Vestías de claveles y orquídeas. E ibas descalza, arraigando tus dedos a la fresca tierra. No hacía calor a tu lado. Todo aquel momento era luz.

Intenté atrapar aquel gorro de paja en el aire. Pero no hizo falta. Cayó suavemente entre ambos, esperando que lo recogieramos al unísono.

Nuestro verano se convirtió en la anécdota de aquellos pequeños roces, esas contadas palabras, y esa delicada sonrisa.

Versoconstricción.

Author: Noúmeno /

Por objetivo, 10.000 silencios.
Uno detrás de otro, quietos.
Los 10.000, ninguno más en este momento.


Ella se sienta frente al tocador. Enciende el interruptor, y la luz accesoria del mismo replega y describe su forma reflejada en el espejo. Idéntica. Su cabello reposa en su sitio. Al igual que su frente, sus oídos, sus labios, su nariz. Sus ojos, en cambio... no quiere verlos.

De entre todos, escogeré uno.
El más bello, el perfecto.
Y solo entonces, mataré al resto.


Alza su mano. Lento. Sus yemas caminan por la fría superficie del espejo, conectándose con las de la imagen ilusoria. Se desliza, buscando su falso relieve. Pronto, aquella segunda mano le ayuda, siguiendo su camino, describiendo un nuevo sendero de descubrimientos en su inverso reflejo. Falso.

Son tan solo 10.000, en silencio.
De entre los muertos, uno proclama.
Aquel silencio, el rebelde me espanta.


Sus labios yacen en los del reflejo. Las manos se entrelazan. El espejo se estremece. La luz se pierde. La locura, el frenesí, el conocimiento es perfecto. Ella se describió ante su espejo, y el reflejo le contestó, en efecto. Quiso hacer de ella su propia imagen. Quiso robar su verbo, su palabra y su sentimiento. Sus pieles se unen en el espejo. Reflejo y reflejada. El espejo no es barrera.

Grita al cielo, destruye el silencio.
No está contento, está muerto.
De entre los 10.000, yo hice mi cuerpo.



Ella yace en el espejo. Atrapada. Con su deseo.

¿Y si de entre los silencios,
tú no fueras el verdadero?
¿Qué significa? ¿Tu silencio?

Evocación al delirio.

Author: Noúmeno /

Juro que no quiero saber.
Juro que no quiero conocer.
Juro que no quiero admitir.
Juro que no quiero presenciar.
Juro que no quiero presentir.
Juro que no quiero deducir.
Juro que no me quiero enterar.
¡Juro que no quiero reclamar!
¡JURO QUE NO QUIERO VIVIR...!




- Lo escribió él, antes de huir tras la explosión. - Comentó la detective, mientras me permitía observar el trabajado esfuerzo que el presidiario había puesto en sus palabras en la pared. - Al menos nos hace a la idea de que tenía un motivo para salir de lo más profundo de los avernos, y excavar una grieta en el cielo... -

Asentí, levemente, pasando la mano por la última frase. - Aún así, aquí falta algo importante... -

Gabriella se quitó el cigarrillo de las manos y miró hacia arriba, expulsando el humo. - Sin tí. - Observé, continuando la línea de visión de la jefa de prisión, el techo de la celda. Mi terror al contemplar esas últimas dos palabras ensangrentadas en el techo me dejaron sin aliento.